Hay quienes acompañaron la obra de sus esposos, otras enfrentaron la adversidad, con valentía, pero en todos los casos, guiadas por las directivas Divinas, privilegiando a esta ciudad con sus espíritus tenaces y fidelidad sin limites.

lunes, 21 de enero de 2008

EMILIA SPOONER DE DOORN

Emilia era la hija menor de los hermanos misioneros Jorge Spooner (padre) y Maria Ana Martín Spooner. Nació en la localidad de Carcaraña el 9 de septiembre de 1890.
Jorge de quien podemos leer entre los primeros títulos de este blog, hombre decidido, fue quien dirigió la Misión de Marineros Extranjeros en sus principios, murió joven y su viuda, María Ana, mujer consagrada a Dios, sufrió con entereza semejante perdida y pocas horas luego la de su hijo Gershon, quien fue víctima al igual que su padre de una epidemia de cólera.
Emilia recibió al Señor a edad muy temprana y se formó con el mismo espíritu de evangelización que sus padres y su vocación humanística la llevo a tomar la decisión de estudiar enfermería por correspondencia. En poco tiempo estaba trabajando en esta ocupación en un Hospital en Rosario.
En marzo de 1914 contrajo matrimonio con Nicolás Doorn, misionero, con quien formo su hogar en Bell Ville, donde se dedicaron a la obra.
Era muy apreciada por su humildad y honrada por su fe y confianza en Dios.
Mujer de consejos oportunos y alentadores, siempre ayudando al afligido y ganando almas para Dios.
Tuvo tres hijas, Violeta, Margarita e Iris, a quienes dedico junto con su esposo a la obra del Señor.
Una de ellas deja como testimonio de su amante madre la siguiente apreciación;
“Al evocar a Mamá, lo que se me presenta con mas intensidad son sus ojos, bondadosos, suaves que parecen acariciar... De temperamento dulce, tenia esa rara habilidad de las madres buenas, de dar calor al hogar, donde ella estaba, estaba el corazón de la familia; había luz...
Era sumamente amante de las flores, las rosas sobre todo. Comprensiva y siempre lista para dar el consejo oportuno. Jamás la vi airada y si muchas veces dejar pasar por alto algún acto despreciativo.”

En sus últimos meses supo llevar con paciencia una enfermedad, la cual sobrellevo como ultima prueba con resignación y buen testimonio.
Emilia falleció, un 30 de noviembre de 1943, en Bell Ville, rodeada del amor de su familia y los hermanos que pudieron disfrutar del testimonio de una hermana sencilla y de vida normal, pero dedicada a Dios y a la obra, amante de su familia y las almas sin Cristo.

A Emilia podríamos comparar con la mujer de Proverbios 31:10-31

Mujer virtuosa...
su estima sobrepasa largamente la de las piedras preciosas...
el corazón de su marido esta en ella confiado...
con voluntad trabaja con sus manos...
ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos...
su lámpara no se apaga de noche...
alarga su mano al pobre...
y al menesteroso...
su marido es conocido en las puertas...
cuando se sienta con los ancianos de la tierra...
fuerza y honor son sus vestiduras...
abre su boca con sabiduría...
la ley de clemencia esta en su lengua...
se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada...
y su marido también la alaba...
muchas mujeres hicieron el bien...
pero tu sobrepasas a todas...
engañosa es la gracia y vana la hermosura...
la mujer que teme a Dios, será alabada...


Emilia Spooner con su esposo Nicolas Doorn y sus hijitas, Violeta y Daisy.


img050nicolas doorn y emilia spooner y violeta y daisy

lunes, 14 de enero de 2008

ADA JANE SPOONER DE COLEMAN

Nacida en Ferrol, Galicia, cuando el matrimonio Spooner que en ese tiempo misionaban en España, Ada Jane pasó vivió la totalidad de sus días en este país, al principio ayudando en una pequeña escuela que hoy es el Colegio Inglés en Córdoba, luego volvió a esta ciudad para dirigir junto a su madre y hermanas otra escuela primaria mixta en calle Brown 2046, la cual abrió sus puertas desde 1800 hasta el año 1908.
En el año 1900 se casa con Juan Federico Coleman, uno de los pioneros de la obra en Rosario.
Fue su pasión y ministerio la enseñanza al niño, su piedad a las almas y el servicio a los hermanos lo que llevo de ofrenda a los pies del su Señor.
Aunque su salud no le permitiera, asistir los últimos tiempos a las reuniones, no hubo vendedor o vecino que pasara por su puerta al que no predicara, entregara un tratado y una invitación a la reunión.
Fue en transcurso del año 1934 que tuvo dos ataques cerebro vasculares, el primero lo sorteó con dificultades, pero el último, un día de pic nic de la Escuela Dominical, fue que en compañía de una empleada domestica, que saliendo al patio de su casa sufrió otra descompostura, dirigiéndose a duras penas a la muchacha, le gritó: "Me voy con el Señor...!" luego llamó como lo hacia cariñosamente a su esposo J. Federico: "Daddy...!" perdiendo el conocimiento y falleciendo antes que sus familiares volvieran de su actividad.
Sucedió el 8 de diciembre de 1934 y fue enterrada en el cementerio de Los Disidentes, donde descansan los restos de otros familiares suyos y hermanos en Cristo.


(Texto extraído y adaptado de El Sendero del Creyente)
Porque no nos predicamos a nosotros mismos, si no a Jesucristo como nuestro Señor, y a nosotros como Sus siervos por amor de Jesus. 2 da. Corintios 4:5